'el dossier como simulacro y experiencia estética'

En mayo de 2015 encuentro en el rastro de Valencia un DVD guardado en una cajetilla. En ella, puede leerse en arial black 12 'lo que se han de comer los gusanos'.
Me pregunto qué es lo que han de comerse, y me llevo el DVD a casa.
Se trata de una suerte de recopilación de el imaginario Sex‐symbol español de los 70 hasta el 2000, ordenado por carpetas que responden a la franja temporal de un año. Portadas de revistas, robados in-fraganti... un archivo de consumo propio que alguien podría haber desechado con motivo de Internet.

El arte en la era de lo digital, se guarda de una forma parecida. Hace mucho tiempo que no abro ningún disco‐duro y pienso en mi propia producción como algo caduco que también podrían comerse los gusanos.

Presento lo que se han de comer los gusanos con la pretensión no de salvar antiguos dosieres que no han sido “elegidos”, sino de entender que han sido, en realidad, Objetos de experimentación en los que rescato una suerte de experiencia estética y una vinculación con el diseño y la publicidad que confieren a mi metodología personal (y a la de cada artista en su caso ) un aspecto de adecuación procesual que va más allá del concepto de cada pieza y que ahora, las articula.

No hablo de medios para la creación, que son intrínsecos a la misma, connaturales a La condición de cualquier producción.
Obviando el concepto de proceso de creación, clásico (Idea-Ejecución -Resolución) o cualquier derivado de éste, quiero incidir en lo que sería el simulacro de dicho proceso. La impresión del mismo bajo los mandatos del concepto de dossier.
Este interrumpe dicho proceso y podría ser una ficción adaptada del mismo, a unas premisas concretas. La propuesta.

Hasta qué punto puedo decir ''yo hice'' si nunca salió de su formato PDF.
La coexistencia procesual de un proyecto y su simulacro, se debe a una substitución de la concepción tradicional del proceso por un proceso de simulación del propio proceso en el que el boceto, el pre, el marco, podrían ser ya el propio proyecto.
Hacemos, diseñamos, rozamos formas, formulamos y correlacionamos, desglosamos presupuestos, nos adaptamos, a veces incluso hemos de mandar fotos de la obra que haríamos en caso de ser seleccionados, y hacemos magia. Gracias a Photoshop, a programas de render 3D, creemos que el proyecto está hecho cuando 'aplicamos'.
Entonces, el simulacro del dossier se convierte en el propio proyecto.
Todo esto, nos salva de la incertidumbre. Pues estamos sometiendo el proyecto a un proceso de corrupción de su propio devenir al convertirlo en un portfolio.
Ávidos de acercarnos a sistemas que "aceptamos" ( bases para la convocatoria) incorporamos las necesidades de la otredad a nuestro proceso propio. Exportamos PDF y lo enviamos. Pero, ¿cuántas papeleras de reciclaje habremos llenado ya entre todas? ¿Dónde van los dosieres que nose eligen? ¿Ubi Sunt? ¿Qué sacamos del simulacro cuando no se nos elige?

Este proyecto quiere ser una oda al simulacro, al pre como experiencia estética, un ejercicio de repensar el concepto de dossier en el que querría convertir su papel de medio a fin.

La resolución formal del proyecto sería una Página Web en la que imágenes y videos caen a modo de Scroll y suena un audio que recogería conversaciones, textos, y el concepto del proyecto Lo que se han de comer los gusanos.
En caso de no ser factible, podría resolverlo en formato video. También me gustaría sacar una pequeña muestra del proyecto en fanzine que recuerde
formalmente a un dossier, para incidir en el aspecto de que este proyecto es también un PDF.


Gracias por leer!
Adjunto un link en el que podéis ver las ganas que tengo de realizar este proyecto


https://vimeo.com/229297403
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PROYECTO IMPOSIBLE
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CD. Edición
Lo que
se han
de comer
los gusanos
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Lo que se han de comer los gusanos